Uno de los motivos por los que comencé a cultivar plantas, es que me encantan las frutas, muchas de ellas son tropicales, o no crecen de forma autóctona en mi zona, por lo que suelo buscar variedades que se puedan adaptar a mi entorno.

Durante mi búsqueda, me ha llamado la atención un requerimiento de algunas plantas para su correcto desarrollo y fructificación: las horas de frío.

Como me considero un tipo curioso, he decidido investigar sobre ello y compartir lo aprendido sobre el tema.

 

¿Qué son las horas de frío?

En términos generales, se puede decir que es una época de baja actividad hormonal de la planta, debido a la acción del clima. Se pueden definir las horas de frío (HF) como la necesidad de frío, durante un tiempo de letargo o reposo, que necesita una variedad o una especie para poder desarrollar bien su crecimiento.

Este período de tiempo se da cuando las temperaturas se encuentran por debajo de los 7ºC, desde el momento de caída de las hojas, hasta el fin del reposo real de la planta (momento en el que comienzan a salir nuevos brotes).

Cada variedad de planta requiere de unas necesidades concretas y se manifiestan en dos fenómenos: la parada de crecimiento vegetativo (reposo invernal) y la vernalización, momento en el que la planta ya ha recibido el frío suficiente, y como entiende que se aproxima un clima favorable decide brotar y florecer.

 

ramas leñosas de arándano
ramas leñosas de arándano

 

El no tener ese tiempo de dormancia o latencia, puede retrasar la apertura de las yemas, provocar una brotación irregular y dispersa, o anomalías en su desarrollo, como un mayor crecimiento vegetativo y excesivo uso de reservas, o menor producción con peor calidad de fruta (tamaño, coloración y firmeza).

 

¿Cuándo son necesarias esas horas de frío?

El momento de inicio para la acumulación de horas frío, suele comenzar con la caída de hojas de la planta y termina cuando el desborre de las yemas se empieza a apreciar visualmente. Teniendo en cuenta las diferencias climáticas de las diferentes zonas frutícolas se suelen tomar como referencia las siguientes fechas límite: 1 de febrero en zonas cálidas, 15 de febrero en zonas templadas y 1 de marzo en zonas frías.

 

¿Qué hacer cuando no se consiguen las horas de frío necesarias?

A veces el tiempo no acompaña a nuestras necesidades, llueve cuando queremos que haga sol, o no llueve cuando necesitamos regar las plantas. Aunque lo mejor que podemos hacer para asegurar que nuestra planta se desarrolla correctamente, es elegir una variedad adaptada a nuestro clima, si percibimos una carencia de horas de frío, podemos tomar unas medidas que nos ayudarán a corregir esta carencia:

  • Un aporte de calcio o nitrógeno ayuda a romper el reposo invernal.
  • Todas las tareas que nos ayuden a adelantar la caída de hoja, como puede ser el sombreo de la planta empleando agua con cal en aspersión, provocan la reducción de la actividad metabólica y adelantan la entrada en parada vegetativa.
  • Adelantando la época de poda en algunos árboles frutales el periodo de reposo termina antes. También podemos conseguir esto mismo dejando de regar una vez recogida la fruta.
  • En épocas de mucho calor, al mojar las yemas de las plantas, las enfriamos y evitamos que el calor retrase el reposo.

 

¿Por qué es importante ese período de reposo?

La naturaleza es muy sabia, y en el momento en el que la planta anticipa una situación en la que va a padecer un ayuno de azúcar (días cortos, exceso de luz infrarroja, etc…) las yemas entran en modo ahorro y evitan gastar más energía de la necesaria para vivir.

yema dormida de alcornoque
yema en reposo de alcornoque

 

Este proceso permite que las plantas resistan a cualquier situación desfavorable, como momentos de sequía, un suelo pobre en nutrientes, o momentos de poca luz. Un buen ejemplo son las plantas leñosas, que conservan yemas en reposo desde el final del verano hasta la siguiente primavera.

El estado de reposo permite que las plantas se adapten a condiciones desfavorables.

 

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