Me encantan los zumos de frutas tropicales, sobre todo los de mango y papaya, me encanta comerlas troceadas en ensalada durante el verano, y… como no, ¡me encantan los retos!
Así que un día al abrir una papaya y sacar todas las semillas que tiene me pregunté… ¿Qué pasará si siembro alguna?
Escogí las que me parecían más grandes, vigorosas, por aquello que dicen de que el tamaño importa, y las planté en una pequeña bandeja de semillero con turba.
Al cabo de un mes había conseguido esto:
La papaya es originaria de centroamérica, ¿entonces aquí se puede conseguir? De momento los únicos cuidados que he tenido ha sido protegerlas del frío manteniéndolas en invernadero. He cuidado también que no les faltara agua, colocando la bandeja en una tapa con agua para que tubiera una humedad constante en la tierra.
Después, trasplanté cada una a un tiesto un poco mayor para que desarrollasen… Y a los dos meses ya tenían un tronco bastante más grueso y un palmo de altura.
Aunque se consume todo el año, la mejor época para disfrutar de sus propiedades es el invierno. Pero de eso ya hablaremos más adelante, si conseguimos que el papayo de frutos.
Si todo va bien, a principios de año tendrán buen tamaño para pasarlas a tierra.
¿Te interesa saber si se consiguen papayas en Asturias? ¿Qué cuidados tiene el árbol?
Permanece atent@ a futuras publicaciones, ¡tengo mucho que contar! 🙂
ya pasó más de un año, como va lo cosa? Yo tengo unas bastante grandes en casa, pero no terminan de dar flor.
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Hola Daniel! Disculpa no haberte respondido antes. En mi caso, las papayas y los mangos sufrieron una fuerte helada el invierno pasado y no sobrevivieron. Volveré a intentarlo el año que viene, pero preparando una zona que pueda proteger del clima frío. Por lo que leído, el macho produce flores “colgantes” y la hembra flores adheridas al tronco (cercanas a las ramas) y no suelen verse con facilidad.
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